viernes, 25 de octubre de 2013

UN SUEÑO NEGRO.

Mi relato será fiel a la realidad o en todo caso a mi recuerdo de la realidad,
lo cual es lo mismo.
En las vacaciones de julio de 1987 viajé a Buenos Aires por cuestiones de trabajo.
En esa oportunidad, como lo hago siempre salí a recorrer librerías  en busca de
material para mí que soy un lector compulsivo . Al pasar por una que vende
libros antiguos entré por curiosidad y entre tantos libros dí con uno de autor
anónimo que tenía un mapa donde se señalaba un cementerio ubicado en Ucrania.
Marcaba también el lugar donde se estaba  la tumba de Drácula
Explicaba que el cementerio existe desde la Edad Media y con el transcurso de
los siglos, sin poder expandirse fuera del perímetro permitido, comenzaron a
superponerse las tumbas y las lápidas, que se juntaban unas con otras, oscurecidas
por las sombras de los árboles añosos que besaban el suelo y la maleza que se
empeñaba en cubrir todo lo que encontraba a su paso.
No había cruces ni imágenes y el lugar era desolador y fantasmagórico.
En el libro se mencionaba una reunión a realizarse el 11 de noviembre de 1987.
No podía salir de mi asombro, es decir a pocos meses del día que encontré el
misterioso texto.
Obedeciendo un impulso irrefrenable decidí viajar .
A fines de octubre llegué a Ucrania.Encontré un hospedaje situado en un monte
distante tres kilómetros del cementerio.
El encargado de la posada era un anciano de aspecto monacal , dueño de una
tupida barba blanca y unos modales gentiles.
A la noche , me sirvió la cena y mantuvimos una conversación amable hasta
que saqué el tema del cementerio.A partir de ese momento cambió su actitud
y hasta su semblante pareció ensombrecerse.
Al día siguiente, con tono ofuscado me pidió que abandonara  la posada.
El día 11 de noviembre entré, por fin, al cementerio . Estaba vacío y en
condiciones de un abandono absoluto . Como si me hubieran hechizado,
no pude moverme de un rincón . Las horas pasaron ... minutos antes de
la medianoche comenzó a llegar gente, que fue concentrándose en torno
a una tumba.
Todas las personas tenían un aspecto sombrío , tétrico , como si fueran parte
del paisaje.
¡Cómo describir el rictus diabólico de sus expresiones !
Alcancé a ver una cabeza humana, chorreando sangre, recién cortada,
colgada de un madero envuelto en un lienzo ensangrentado.
Tuve miedo y me sentí tan solo como seguramente se encuentra uno en
su propia muerte.
Traté de ver los hombres que formaban un círculo lúgubre  y para mi sorpresa
divisé al dueño de la posada , como uno más de esos seres nefastos.
Hicieron una serie de invocaciones diabólicas y de extraños maleficios...
de pronto ví salir de la tumba al Conde Drácula, el mismo de mis películas infantiles
esas películas de terror que me gustaba ver.
Un fuerte golpe en la nuca me desmayó...
recobré el conocimiento ya en mi casa. Nadie sabía de mi viaje.
A partir de esa siniestra experiencia, todos los 11 de noviembre a la medianoche
siento un estremecimiento y una sensación de pánico y de absurdo.que no puedo manejar.
No sé si fue un sueño o si soy el sueño de alguien.
                                                         Angel Barbieri.  Abogado penalista.
                                                                 ( mi hijo )